Geminis

En este mundo hay batallas que se desenvuelven en nuestro interior.

Pero si hay algo que tienen en común a todas las batallas es que estas dejan tras de sí estragos. La única diferencia es cuál es el escenario que queda destrozado. La vida de Napa se desenvuelve entre este tipo de cotiendas. En su caso la guerra acontece contra los demonios de su interior. Cuando estos aparecen en la arena, lo único en lo que piensa es en destruirlos. 

Poco sabe nuestro protagonista que en esta vida hay cosas que se desarrollan mucho más allá del plano de la consciencia. No sabe que, aunque elimine a los demonios de su campo de visión, estos habitan en él. Oscuros, latentes, esperando el momento para atacar.
Es en estos momentos de debilidad, cuando él mismo se sumirá en sus propias tinieblas. En el silencio de sus pensamientos conscientes es donde se albergarán sus más profundos miedos. Los cadáveres de batallas que creía ganadas, pero que aún tienen gran parte por resolver.

Atrapado en este mundo de sombras, su única manera de volver será acumular la esperanza suficiente. Esperanza en que las cosas pueden ser distintas, que existe alternativa a la lucha.

Lamentablemente para nuestro protagonista parace que cuando desaparecen las tinieblas también lo hacen con ellas sus aprendizajes. Olvidando lo aprendido. Quedando condenado a repetir el mismo bucle. Por siempre, por toda la eternidad.